Educación en la primera infancia: Las consecuencias de la pandemia y las estrategias pedagógicas

La actual situación epidemiológica y la cuarentena obligatoria hicieron trastabillar al sistema educativo. Con siete meses de clases virtuales y el protocolo para la vuelta presencial en puerta, el trabajo de los docentes continúa en la lucha por la continuidad pedagógica.

Camila Guzman Valdebenito
5 min readOct 1, 2020

El nivel inicial y el primer ciclo son la entrada a la socialización del individuo, es donde nos formamos y hacemos a nosotros mismos desde el acercamiento con un otro. Pero en épocas de pandemia, la acción de contacto con un otro se torna peligrosa. La llegada del COVID-19 a la región del alto valle, y su posterior propagación, impuso al distanciamiento social como ley primera.

Liliana Scheinsohn es psicopedagoga y lleva más de 30 años ejerciendo en escuelas especiales de la ciudad de Centenario. “La entrada a la escolarización es súper importante porque es su primera bienvenida a ser un futuro ciudadano. Cuando el chico está en la casa es el centro de la vida familiar, pero cuando sale a la vida comienzan el intercambio con pares, comienza a socializarse” aclaró la psicopedagoga y además agregó que; “En el nivel inicial todo es contacto. No solo con los docentes, sino también con los compañeros”.

En el mes de junio, la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Educación de la ciudad de General Roca se realizó una encuesta a sus afiliados. Entre ellos docentes del nivel inicial y primer ciclo. La encuesta puso en relieve la falta de conectividad para sostener las clases virtuales.

Las herramientas para reconstruir la presencialidad existen. Los alumnos pueden ver a sus maestros y compañeros a través de una pantalla, pero es una alternativa para pocos: el 9% de los maestros y maestras tiene la posibilidad de dar clases desde su teléfono celular y solo un 8,8% utiliza videollamadas.

Aunque en términos generales la situación sea negativa, las redes de comunicación y de contacto se mantienen presentes. “Hay una necesidad constante por recrear el aula tanto por parte de los docentes como por el alumnos” declaró Cecilia Altamirano, secretaria general de UNTER seccional Roca. Desde un principio la reacción inmediata fue la de no volver a clases e intentar que los alumnos, en esas dos primeras semanas, estuvieran acompañados hasta que la situación se normalizara. Sin embargo, esta normalidad nunca llegó.

Los meses de abril y mayo fueron el prototipo del nuevo sistema de educación a distancia. Desde los equipos directivos y supervisión comenzó la tarea de rastrear a los alumnos, saber en qué condiciones de conectividad se encontraban e inclusive acercar las ayudas alimentarias y económicas. “No era responsabilidad de ese docente entregar bolsones de comida, pero se trataba de una responsabilidad emocional y social” dijo orgullosamente Altamirano.

El hogar como aliado

Actualmente, la familia cumple un rol innegable en el proceso de aprendizaje. “El medio virtual permite mantener el vínculo entre ambas instituciones” declaró Teresa Ceballos, quien es Vicedirectora de la institución primaria N°357 de la ciudad de General Roca. “Cada grado decide armar un grupo de WhatsApp para incorporar a las familias, docente de áreas especiales, vicedirectoras y maestra de grado” explicó Ceballos.

Paola Orellano lleva diez años en el camino de la educación y actualmente es maestra de veinte chicos en un primer grado de la escuela N°247. Las dos primeras semanas del aislamiento social preventivo y obligatorio, Orellano pensó sus contenidos como folios con tareas acotadas para que los chicos se entretuvieran. Pero siempre teniendo en cuenta que, en ese corto periodo de tiempo, “las familias tenían que actuar del docente que no iba a estar”.

Cuando la cuarentena se prorrogó dos semanas más fue cuando comenzó la ardua tarea de transpolar el aula a lo virtual. El primer desafío para Orellano fue el de estrechar vínculos porque “los chicos no sabían que era una docente”. En segundo lugar, como maestra se planteo a sí misma “que queremos aprender en los encuentros” y cómo lo iba a conseguir. Es así como la familia se convirtió en el tercer pilar indispensable del proceso de aprendizaje.

La tarea se volvió extensa y aun hoy continúan en el proceso de acomodamiento. Con familias que no poseen ni metodología ni didáctica y aulas reducidas a una hora de encuentro por día, Orellano jura y asegura que sus alumnos aprendieron “la estructura de enseñanza, los tiempos del grado, cuando es la hora realizar tareas o de jugar” y los padres aprendieron a enseñar “la espacialidad de un cuaderno, la lectoescritura y el reconocimiento de las emociones”.

Más allá de que nos encontremos frente a situaciones diversas, la pandemia se trató de una situación que trastocó por completo al sistema educativo. La psicopedagoga Liliana Scheinsohn, nos planteó que la pandemia dentro de la educación habría funcionado como “un momento bisagra” que propuso “un sistema educativo que no se puede pensar como antes de la actual situación”.

La escuela del futuro y que nos dejara la pandemia

El aula al que alguna vez fuimos hoy ya no existe. El boletín fue remplazado por el informe de trayectoria y la curricula obligatoria hoy es lo de menos. La entrada de la virtualidad al ámbito educativo no solo reflejó la desigualdad entre los diversos contextos sociales, sino que también la mediación de internet brindó- y obligó- las herramientas y recursos que antes eran impensados de usar dentro del aula.

Desde maestros que utilizaron Google Maps para enseñar la espacialidad del barrio hasta docentes que decidieron abrir un canal de YouTube o hacerse cuentas de TikToks para atraer la atención de sus alumnos. El ámbito educativo hoy es lo que la secretaria general de UNTER, Cecilia Altamirano, describe como un espacio fértil para “la imaginación, la creatividad y el esfuerzo de los docentes”.

En las instituciones, la videollamada se implementó como modalidad de comunicación y alternativa para continuar fortaleciendo el vínculo maestro-alumno. En escuelas periféricas como es el caso de la N°357, “se evaluó como positivo que varios pidieron internet prestado, solicitaron y enviaron números de teléfonos de familiares-vecinos que tienen celulares con cámara para poder realizar sus clases” explicitó Teresa Ceballos, vicedirectora de la institución. Además agregó que “en este punto se observa el constante cambio de números de teléfonos, se envían números nuevos solicitando ingresar al grupo, porque el ‘otro’ no tiene memoria”.

Hoy en día y proyectados en el futuro, la problemática más grande que enfrenta el sistema educativo es la vuelta a la presencialidad porque ya no se piensa solo en los protocolos pedagógicos, sino también en el protocolo sanitario sumado de la necesitad de contemplar la diversidad de situaciones sociales y económicas.

En el nivel inicial y el primer ciclo la complejidad es pensada por una vuelta a la presencialidad sin contacto, sin patios de juegos, sin usar los mismos baños, respetando el espacio del otro, con alumnos que poseen enfermedades de base y tienen que salir a exponerse y la lista puede seguir. Sobre este tema Cecilia Altamirano expuso que:

“Es tanta la discusión porque todo lo que antes estaba bien, ahora está mal, sumado a que las decisiones que hoy tomamos, mañana pierden efecto.”

Desde el Ministerio de Educación y Sanidad se comenzó a equipar las escuelas de todo el país con insumos de limpieza y termómetros infrarrojos. En el ámbito regional, los equipos directivos, supervisión y gremios pusieron la discusión sobre la mesa. Sin embargo, y a un mes de terminar las clases, no hay decisiones tomadas. Todo esto, sumado a que en las encuestas realizadas a tutores, el 84,7% voto por la negativa del retorno a las aulas y priorizó la salud.

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